Por mucho tiempo, las mujeres crecimos sin una buena educación sexual. Gracias a los avances de la sociedad y el cambio de mentalidad debido al feminismo, a día de hoy tenemos más conocimiento sobre nuestra sexualidad. Sin embargo hay muchos aspectos de la sexualidad femenina y de la educación sexual que desconocemos.
La educación sexual no es una charla que te dan en el colegio, ni una lista de prohibiciones y errores. La educación sexual es un proceso constante de conocerte a ti misma, basado en la comunicación y bienestar emocional y dentro de ello, hay varios aspectos importantes que toda mujer debería conocer para construir una relación más sana con su sexualidad:
Conoce tu cuerpo
Muchas mujeres jóvenes todavía sienten vergüenza al explorarse físicamente o simplemente nombrar cada parte de su cuerpo. Aprender a reconocer cada parte de tu cuerpo a detalle (no solo desde el punto de vista anatómico, sino desde el erótico también) es fundamental para una sexualidad libre. Saber cómo funciona tu ciclo menstrual, qué te gusta y cómo te gusta, cómo reacciona tu cuerpo a ciertos estímulos, o qué señales te da cuando algo no está bien; te permite tomar decisiones conscientes y disfrutar sin miedo ni culpa.
Los límites y el consentimiento no se limita a un “sí” o “no”: es una conversación
Hablar de tus límites, va más allá de “no es no”. Significa poder expresarte sin ansiedad ni culpa, conectando con tus deseos, para una continua búsqueda de tu placer. El consentimiento también incluye poder retirarlo: cambiar de opinión es completamente válido y algo a respetar. Recuerda que cada encuentro debe sentirse seguro y protegido por ambas partes.
Querer placer propio no es sinónimo de egoísmo
Se nos ha enseñado que el placer femenino es secundario o que solo “llegaba” si la otra persona mágicamente sabía provocarlo (si tu no lo conoces, mucho menos tu pareja va a saber que te gusta). Pero realmente el placer es tuyo, válido y necesario. Explorarlo forma parte de cuidado propio, de salud. La autoexploración y la masturbación son formas de conocerte, ya que el placer no se pide, se construye.
La educación sexual también es emocional
La sexualidad no solo se resume en la parte física, si no que también vive en la mente; se trata de una conexión mente - cuerpo esencial. Si no estamos conectadas emocionalmente con nosotras mismas, no podemos conectar con nuestro cuerpo. Aspectos como la autoestima, la ansiedad, la imagen corporal o el estrés influyen directamente en cómo vivimos el deseo y el contacto con nuestra pareja. Aprender a cuidar de tu salud mental, poner límites, y reconocer tus necesidades emocionales forma parte de una sexualidad sana y consciente.
Romper mitos y volver a aprender
En pleno siglo XXI aún están presentes muchas creencias erróneas, como por ejemplo:
- El sexo siempre tiene que incluir penetración
- Si no hay orgasmo, no ha sido “bueno”
- La primera vez tiene que doler
- El deseo debe ser constante
- El placer del otro es más importante
- Si no soy “perfecta” físicamente no puedo disfrutar
- La sexualidad femenina es compleja y difícil
Educarse sexualmente también implica desaprender estas creencias limitantes, y reconstruir una relación con el cuerpo basada en la curiosidad y tu propia experiencia. Tener una buena autoestima saludable también es importante para poder tener una buena relación con nuestra sexualidad.
La educación sexual te ayuda a conocerte, cuidarte y tomar decisiones sintiéndote tranquila y conectando aún más con el placer. Cuanto antes empecemos a hablar de ello desde la curiosidad y no desde la vergüenza o la culpa, más fácil será romper con estas ideas que nos encierran y vivir una sexualidad más plena y consciente, tal y como te mereces.
En nuestro centro podemos asesorarte ya que contamos con el servicio de sexología. La terapia es importante para poder solucionar cualquier problema de sexualidad. Contacta con nosotras y te informaremos.